lunes, 28 de julio de 2014

HIMNO NACIONAL DEL PERÚ: REVISANDO SU CONTENIDO.

Letra del himno nacional del Perú, donde permanece la indigna primera estrofa,
que lamentablemente esta protegida mediante Ley.

¿Por qué ya no se entona la primera estrofa del himno nacional?

Sabemos que la primera estrofa del himno de nuestro país, fue omitida -hace ya diez años-, por ser lesivo a la evolución histórica, de nuestra etapa emancipatoria, que como sabemos, se inició al poco tiempo de la llegada de los españoles, culminando con las expediciones libertadoras al mando, primero de San martín, pero definitivamente con Simón Bolívar. 

Pero, para responder a la pregunta anterior, observemos lo que dice la primera estrofa y reparemos en las frases encerradas en rojo:

  

  • "largo tiempo en silencio gimió": Una frase indigna que nos indica que el peruano, por mucho tiempo, sólo gimió y siempre en un estado silente, soportando el castigo y los dolores de la dominación española, sin protesta alguna. hecho que como sabemos no expresa nuestro porceso emancipatorio y mucho más aún, el procesod e resistencia que tuvieron los habitantes de estas tierras, con respecto a la conquista española. 
  • "Mas apenas el grito sagrado ¡Libertad!, en sus costas se oyó (en clara alusión a la llegada de San Martín a nuestro país), la indolencia de esclavo sacude, la humillada cerviz levantó": Vale decir, que con el arribo de San Martín al Perú, recién los humillados peruanos supieron levantar la cabeza, en señal de protesta. Antes, eran indolentes extremos, que no asimilaban la idea de liberarse del yugo opresor. ¿No es acaso agraviante y vergonzoso esta indigna estrofa?. Y pensar que nuestros padres, y en los primeros años de educación básica, nos exigían entonar a viva voz, esta indeseable anécdota. Casi no recuerdo, cuántas palmetas nos cayeron en las manos o en los muslos, por parte del auxiliar, profesor o director, cuando nos quedábamos en silencio al momento en que todos lo demás casi lo gritaban, inconscientemente... Y es que sólo era necesario recordar nuestra historia en la época de la conquista, colonial y emancipatoria pre-campañas libertadoras, para darnos cuenta que existieron innumerables personajes, entre precursores y próceres, que estuvimos olvidando o negando, al mencionar esta inefable estrofa. Personajes como los dos generales atahualpistas Calcuchímac y Quizquiz, Manco Inca y la resistencia de Vilcabamba, la valiosa resitencia cultural del Taky Onkoy, Juan Santos Atahualpa, Túpac Amaru, Micaela Bastidas, Tomasa Tito Condemayta, los hermanos Catari, Julián Apaza Nina y su esposa Bastolina Sisa, Francisco de Zela, los hermanos Angulo, Crespo y Castillo, Mateo Pumacahua, Mariano Melgar, entre los otros miles de peruanos que los acompañaron y entendieron que las cosas debían cambiar parcial o totalmente. Y no hemos mencionados a los precursores patrios, que vendrían a ser otros tantos más. Todos ellos, obsérvenlo bien, acontecieron, antes de la llegada de San Martín y Bolívar, y no como dice la infausta frase, resaltada en la imagen.  

Pero, ¿Existen otras observaciones en el himno que aún se impone entonar actualmente?


Atendiendo a la libertad de creencias, que nuestra Constitución Política defiende, para todos los ciudadanos de nuestra patria, podemos indicar que existen hasta  tres observaciones más. Así tenemos:


¿Qué ocurre si soy ateo o agnóstico?:

Si consideramos, a la numerosa cantidad de personas, que siendo peruanas de nacimiento, no profesan, la idea de un ente superior, alguna religión o en su defecto no tienen a bien de saber si hay o no, algún dios. Nos referimos a los peruanos ateos y agnósticos, respectivamente. Ellos podrían privarse de entonar esta sección, o simplemente entenderlo como un adjetivo y no como un entidad superior como se pretende; todo esto, por libertad de conciencia.

Observemos estos casos:


CASO 1:



¿Eterno o simplemente eterno?: Para un ateo o agnóstico, no hay posibilidad de considerar a ese "Eterno" (que hace referencia a un ser divino); es por ello, que en el escrito debería escribirse sólo como un adjetivo, de "eterno", aunque a la hora de entonarlo no exista diferencia. Por supuesto, que el creyente, debe ser consciente de considerarlo con la inicial mayúscula, propio a sus creencias. 
CASO 2:

  • ¿Dios o simplemente dios? ¿Sustantivo propio o sustantivo común: Un creyente, cree -valga la redundancia-, que hay un solo dios, por lo tanto Jehová o Yavéh, al ser uno solo, podría ser considerado como un sustantivo propio: Dios. No obstante, para el no creyente o el agnóstico, al no tener en mente a dios alguno, primero, ni siquiera debería entonar esta frase; pero, si aceptáramos su existencia, al menos como una creación literaria, tampoco podríamos tener a uno solo, ya que habrían muchos dioses. Cada uno tendría sus nombres propios, como sustantivos creados -producto de la imaginación-, pero que tienen el carácter común de ser divinos. De ahí que se concluye, que el sustantivo común a todos esos dioses inventados a través de la historia, verbigracia: La Diosa Madre, Apu Kon Tiki Wiracocha, Jehová, Alá, Inti, Quetzalcoatl, Júpiter, Zeus, Baal, Arhiman, Ormuz, Visnu, Odin, Ra, Osiris, entre tantos personajes inventados; todos ellos, tendrían en común el ser considerados por sus fieles, como divinos o dioses. Esto nos lleva a la idea que el término "dios", debería ser un sustantivo común y no propio; pues es común a todos esos dioses mencionados, que ya hemos indicado tienen un nombre propio. 
  • ¿Rendir juramento al dios de Jacob? De lo anterior expuesto, esta frase debería ser omitida por todos los no creyentes y agnósticos, pues resulta evidente que si lo entonan, estarían cayendo en completa contradiccción. Lo indicamos, porque al no tener concepción de un ser superior, no sería aplicable el juramento, ante una evidente entidad que no existe.
No obstante, para las personas que tengan la concepción de un ser superior, tendrán en este histórico himno, el contenido de la letra muy bien afirmada, pues reflejan lo que realmente sienten y piensan.


¿Qué hay de aquellos que no creen en las nacionalidades particulares, sino más bien un ideal cosmopolita?

De acuerdo a nuestra libertad de conciencia, amparada por nuestra Carta Magna, el himno no debería ser entonado, dentro de un pensamiento cosmopolita; pues se entiende que estaríamos parcializándonos, si lo hiciéramos así. Todo esto porque, en esencia, el mundo se considera como uno solo: El mundo entero, como patria.

Hay personas que entienden y defienden la idea que las nacionalidades sólo se encargan de dividir, en vez de unir a los diferentes pueblos del mundo. Los cosmopolitas defienden mucho más, la idea de unirnos en la diferencia, respetando las diversidades culturales. Consideramos que este es un ideal muy respetable, y que no podemos negar que existe en muchas personas de nuestra orbe... En consecuencia, inevitablemente, debemos respetar estas fundamentadas y valiosas ideas.
  

ACERCA DEL VÍDEO RELACIONADO:

El presente vídeo, es entregado pensando en todos lo peruanos, creyentes y no creyentes, a quienes se invita a entonar a viva voz, lo que conscientemente llegue a ser consecuente con sus propias creencias. Omitiendo alguna frase, cambiando el sentido de la expresión o en su defecto, omitiendo la totalidad de la letra y entonación, al tener una concepción de nacionalidad mundial y no parcializada, que por supuesto es libre de ser optada y respetada. 

Por lo expresado, anteriormente, en el vídeo se observan algunos cambios de algunas letras o cambios en la presentación -frases minimizadas-, para los que no que crear en una entidad superior. Reincidimos, en la posibilidad que un cosmopolita podría muy bien no entonarla, de acuerdo a sus ideales.
LUGAR: Nuestro hogar.
FECHA: Domingo, 13 de julio de 2014
AUTOR: MAYMA QUISPE, Néstor René



NRMQ

2 comentarios:

  1. Porque eliminar la primera estrofa si habla de la realidad del Perú.

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  2. Excelente, el análisis del texto de Nuestro HImno Nacional que por años, nosotro fuimos humillados y cautivos de unas letras que no reflejan la realidad de un pueblo que siempre exige sus derechos, justicia y dignidad.

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